Durante toda la vida aprendí a callar mis emociones, a anestesiarme ante el dolor, a hacerme la fuerte a pesar de no serlo.. Me mentalicé que llorar era un signo de debilidad y que la palabra fracaso no entraría jamás en mi diccionario. Me empeñé a esconder mis sentimientos y sonreir cuando por dentro lloraba. A callar cuando por dentro gritaba. Me empeñé a mentirle a todos y a cada uno de los que me rodeaban y vivir en dos mundos completamente distintos paralelamente. Pero como toda farsa.. No puede durar para siempre. La gente de las cosas se termina enterando, y las noticias corren más rápido de lo que uno piensa, y cuando uno quiere explicar lo que anda pasando el otro ya sabe.. Ahora me empeño en demostrar que estoy mejor, y ya nadie me cree..
Las cosas son así, nunca -casi nunca- salen como uno quiere. Y a los que le salen las cosas como quieren tienen una suerte que yo envidio mucho. Siempre digo.. Si me preguntan si me arrepiento de algo de lo que hice/no hice en mi vida.. Contesto con un sí y doy una lista de miles de cosas que desearía nunca haber dicho, hecho, experimentado, sufrido, salteado, evitado.. Yo no se "si lo que no me mató me hizo más fuerte".. Mi pasado me pesa mucho. Y se que mi presente me va a pesar en algún futuro. Hola, sí, soy una gran inconformista.
Hay días en los que me despierto y me pregunto esperanzada ¿ Volví a ser yo? Pero instantáneamente me contesto que ya no se ni quién soy "yo".
Lo único que se es que estoy juntando y armando un rompecabezas con cada una de las piezas de mi persona que destruí. Voy a luchar por reconstruirme.
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